La pulpa dentaria o pulpa dental (llama también, erróneamente, “nervio”) es un tejido conectivo laxo que está localizado en el interior de los órganos dentales y está rodeado por dentina, la pulpa dental posee en su composición células, vasos sanguíneos y fibras nerviosas. Entre las partes que forman al diente la pulpa dental es el receptor de sensaciones o estímulos que percibimos con los dientes como: el calor, frió, fricción.
La pulpa dental está localizada entre paredes rígidas de dentina en el interior de los órganos dentales. A pesar de que las propiedades de la pulpa dental son muy similares a las de otros tejidos conjuntivos del cuerpo, su localización le impone varias restricciones especiales respecto a su desarrollo, mantenimiento y respuesta a la agresión.
Para su estudio y tratamiento la pulpa dental de manera general se clasifica en: pulpa coronaria y pulpa radicular, pero es tan solo para diferenciar su localización. No hay que olvidar que tanto la pulpa coronaria y la pulpa radicular forman una misma unidad orgánica.
Los dientes sanos, que contienen una pulpa intacta, reciben el nombre de dientes vitales, lo que quiere decir que reaccionan ante los estímulos externos como por ejemplo el frío. En los dientes enfermos puede extenderse una inflamación a través de este sistema hasta los huesos del extremo de la raíz (pulpitis).
Debido a la relación que existe entre la dentina y la pula embriológica como funcionalmente, es común que se estudien juntas en una unidad funcional inseparable denominado complejo pulpodentinario o dentinopulpar.