El hilo dental es un conjunto de finos hilos de seda, de nylon o de plástico trenzados entre sí (comúnmente teflón o polietileno) empleados comúnmente para retirar pequeños remanentes de alimento y placa dental que quedan atrapados entre los dientes.
Uso del hilo dental en el hogar.
El uso del hilo dental en el hogar normalmente se limita a la higiene dental. El hilo dental se introduce entre los dientes, haciendo que recorra los bordes proximales de los dientes y surco de la encía. Esto se realiza de manera cuidadosa, evitando lastimar la papila gingival y la misma gingiva.
El uso apropiado del hilo dental combinado con el cepillado dental previene: la gingivitis, periodontitis, halitosis, caries dental, úlceras, la formación de cálculo dental, etc.
Uso del hilo dental en el consultorio.
El uso del hilo dental por parte de los odontólogos suele estar un poco más extendido que el uso dado por los pacientes en su hogar ya que no se limita únicamente a la limpieza de las áreas interproximales de los órganos dentales, el dentista puede emplearlo para lo siguiente:
- Empleado en la limpieza dental profesional para retirar restos de alimentos y placa bacteriana de áreas interproximales de los dientes.
- Como auxiliar en el aislamiento con dique de hule reteniendo el dique en los dientes en los que no es posible colocar una grapa.
- Como «cuerda» de emergencia al colocar grapas o abrebocas de hule. En caso de que la grapa o abreboca proyectado hacia la garganta se puede tirar del hilo para retirarlo y evitar la asfixia.
- Para remover restos de cemento después de colocar una prótesis fija.
- Cualquier uso práctico que pueda encontrar el odontólogo en la consulta.
Un poco de historia sobre el Hilo dental.
El uso del hilo dental viene desde tiempos antiguos, se han encontrado restos de hilos en los dientes de restos humanos prehistóricos encontrados por investigadores, hilos que parecieran haber sido empleados para remover restos de comida.
Un antecedente del uso del hilo dental en la consulta odontológica proviene de la ciudad de Nueva Orleans en el año 1815 de un dentista llamado Levi Spear Parmly quien en su consulta recomendaba a sus pacientes el uso de hilo de seda para la limpieza de los dientes. El hilo dental de seda en esta época de 1815 aún no estaba disponible para los consumidores en puntos de venta por lo que las personas muy posiblemente usaban hilos de seda delgados por así decirlo «caseros» o de uso textil. Fue hasta que la compañía Codman & Shurtleft comenzó a fabricar hilo de seda para uso dental en 1882 que se empezó a comercializar.
En 1876 le fue otorgada al inventor estadounidense E. Parmly Brown una patente sobre una seda dental desinfectada. Posteriormente, en 1896, la compañía Johnson & Johnson Corporation comenzó a fabricarlo y dos años más tarde recibió su primera patente al respecto. Otras compañías que empezaron a fabricar este producto fueron Red Cross, Salter Sill Co. y Brunswick.
El uso del hilo dental fue casi nulo hasta la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces cuando el Doctor Charles C. Bass creó el hilo dental de nylon el cual consiguió reemplazar al hilo de seda gracias a su gran resistencia y elasticidad.