Un rodete palatino (torus palatinus) es un crecimiento óseo anormal que se presenta generalmente en la línea media paladar duro. La mayoría tiene menos de 2 cm de diámetro aunque su tamaño puede variar con el tiempo.
Un torus palatino no es canceroso ni dañino. Sin embargo, debido a que existen patologías médico-odontológicas graves que pueden causar abultamientos similares, es importante que un médico o dentista revise cualquier cambio en la boca y de ser necesario canalizar al paciente con el especialista indicado.
La prevalencia de los rodetes palatinos va del 9% al 60% y son más comunes que los torus mandibulares. Los rodetes palatinos suelen presentarse con mayor frecuencia en personas asiáticas e inuits, y son el doble de frecuentes en mujeres.
Etiología del torus palatino.
No se tiene una explicación precisa de porqué se forman los torus palatinos. Algunos estudios sugieren que la formación de rodetes palatinos es debida a un rasgo autosómico dominante, aunque también se cree que existen otros factores causantes de este crecimiento óseo. Comúnmente aparecen a principios de la etapa adulta. En personas ancianas, el tamaño del torus puede disminuir como consecuencia de la resorción ósea. En consecuencia, se piensa que los rodetes mandibulares son el resultado de tensiones locales y no producto exclusivo de la genética.
Tratamiento.
Un torus palatino se puede remover por medio de un procedimiento quirúrgico llamado ostectomía, pero puede volver a desarrollarse debido a tensiones locales.
En general, los rodetes palatinos son un suceso clínico que no requiere tratamiento. Aunque puede haber condiciones que si requieran una intervención quirúrgica para remover el torus, tales condiciones pueden ser:
- Cuando se lesiona constantemente la mucosa que cubre al rodete debido a su gran tamaño.
- Por indicación protésica, los torus pueden dificultar el acondicionamiento de prótesis dentales.
- De ser necesaria la extracción del rodete, se puede realizar una cirugía para reducir el tamaño del hueso.
- Por deseos del paciente debido a la ansiedad que le provoca sentir el abultamiento en su boca.